viernes, abril 04, 2008

DE LA CONFIANZA

Que es como una copa de un delicado cristal, ya lo sabemos. Se rompe, y ni los mejores artesanos pueden arreglarla. Pueden intentarlo, pueden esforzarse y dejarla casi como nueva. Pero es la misma copa la que sabe que estuvo rota.

Por otro lado, la química explica que las transformaciones de ciertos materiales puede tardar mucho tiempo. El cristal, puede reducirse y reciclarse para formar una nueva copa. Esta nueva copa, nunca sabrá que la anterior estuvo rota, pero no se trata de la misma copa.

Los seres humanos pueden cambiar con mayor velocidad que el cristal, aunque no siempre están dispuestos a hacerlo.

La percepción es una herramienta curiosa, y a la vez, un arma de doble filo. Supongamos que pudiéramos oír los pensamientos de las personas. Nada podría ocultársenos. Pero al hacerlo, nosotros perderíamos ciertas cualidades que tienen los seres humanos. Ser perceptivo es algo similar, solo que uno no tiene las pruebas necesarias para una confrontación, y esto conduce a conseguirlas, porque claro está, perseguimos la verdad por nuestra misma naturaleza. Aquí comienza el concepto de trust but verify (doveryai, no proveryai). Este concepto implica de alguna manera, realizar las averiguaciones necesarias para poder comparar la confianza contra los hechos. ¿Polémico? Sin dudas. Están quienes pueden decir "Si hay confianza, no hay necesidad de averiguar nada. Es creer ciegamente, como una cuestión de fe". Esto es cierto desde muchos puntos de vista. Si nada había oculto, verificar fue una pérdida de tiempo. Si algo se ocultaba, el problema fue confiar.

La gran pregunta es ¿Se puede volver a confiar si algo fue oculto? Y ¿Cuántas veces se puede volver a confiar verdaderamente?

Luego, se pueden presentar un sin número de escenarios en donde una confianza defraudada puede producir diferentes sensaciones. Tristeza, dolor, bronca, odio, recelo, o simplemente más desconfianza. Locos y nuevos verify cada vez más frecuentes.

A veces tal vez sea preferible no confiar. A veces, no devolver una confianza robada.