miércoles, mayo 07, 2014

NO TAN ASÍ

Te despertás de golpe, temblando y con unas nauseas que no toleran ni el cepillo de dientes con su ruido "shack, shack, shack" haciendo mofa de una rutina cuyo período se extiende de arcada a arcada. Y respirás incómodo con esa nariz tapada por la alergia del otoño o primavera, o los resfríos del invierno o verano, y tenés la excusa para empezar un mal día, con una mañana oscura y desmejorando por la tarde. Odias el viaje, la gente, el tráfico, el calor, el frío, la lluvia, el viento, el ruido y la música, y esas putas arcadas que solo te asfixian como un niño rico con la boca llena de golosinas. Te tronás los dedos entumecidos de humedad y tirsteza y sentís dolor pero no escuchás la música que sale de ellos, porque ya no distinguís una melodía de un ruido, ni un ritmo de un golpe, ni la luz de la oscuridad que de pronto todo lo tapa. Que de pronto todo lo topa. Y está todo reducido a un suelo y es árido. Y te explota el ego y no lo dejás ir ni aunque las cuerdas que lo sostienen te estrangulen los brazos desde los hombros hasta las muñecas, y pronto se transforma en un barrilete, que te levanta con fuerza y te despega del suelo. Y pronto se transforma en un barco a vela y el viento te empuja y no te deja elegir por donde ir porque nunca dejaste ir a tu ego, porque se convirtió en tu orgullo. Porque se convirtió en orgullo. Porque sabes que tener siempre a la mujer que quieras no vale no tener nunca a la mujer que ames, aunque sepas que solo estamos en el camino de alguien más, hasta que nuestro propio camino nos saque de allí y nos lleve hacia otra parte. Porque en algún momento compraste ese cuento (para Demián) de que "El canal de parto y el ataúd son dos lugares diseñados para un solo cuerpo" y te olvidaste que al nacer tu madre puja y al morir, los amigos cargan el cajón.