sábado, febrero 02, 2008

EL REGALO

Siempre bromeaba, y creo que lo seguiré haciendo, con nuestro próximo salto evolutivo. Si bien se que es poco probable, creo necesario que el ser humano pueda desarrollar una suerte de párpados para oídos. Al fin y al cabo, no tanta gente duerme con los ojos abiertos, y nadie cierra los oídos cuando se va a acostar. Además, cuando no queremos ver, simplemente cerramos los ojos, y ¿cuántas veces no queremos escuchar?
Pero existe esa pequeña posibilidad de que el universo no se encuentre equilibrado en este momento para darnos este regalo darwineano. Y comienzo a creer que el motivo es simple. Hoy en día no escuchamos ni la mitad de los sonidos que deberíamos. Cuando la oportunidad llama a la puerta, cuando la revolución se avecina, cuando un ser querido nos necesita. Entonces, seríamos tan peligrosos con este regalo, como con los autos voladores que todas las películas nos prometieron para estas épocas. Primero deberíamos aprender a escuchar, a encender este sentido, a manejarlo, a controlarlo, y recién ahí tendríamos el derecho a apagarlo cuando a conciencia, lo consideremos necesario. Nos mantendremos victimas de este universo desequilibrado por sabe quien cuanto tiempo. ¿Nos mantendremos?

Este es un pequeño regalo de mi parte, para mi regalo de parte de un universo que intenta desesperadamente encontrar el equilibrio, y que poco a poco, lo está consiguiendo. Mi deseo de lograr ser parte de su universo en equilibrio. Mis ganas de volver a leer entre líneas, de llenar los espacios que debo llenar, de poder observar a su lado, los espacios que están vacíos, y vacíos deberán quedar, de tapar sus oídos si es realmente necesario, y de acompañar cuando sea el momento de volver a escuchar. Estas líneas con complejo de reflexión son dedicadas e inspiradas.