lunes, marzo 19, 2012

Grotesco

Me tocó ser de una especie que aprendió a sobrevivir a sus propios huesos y a sus propios dientes. Me tocó ser de una especie con inteligencia suficiente para inventar armas, pero sin corazón que impida apuntarlas. Me tocó ser de una especie que combinó inventos, rueda, motor, poleas y armó un auto, pero no pudo evitar morir atrás del volante o debajo del chasis. Una especie que logró hacer volar máquinas de miles de kilogramos, descubrir de qué está hecha, desarrollar lenguajes, enviar mensajes a distancia en segundos, transformar todo tipo de energía, componer melodías sonoras en base a modelos matemáticos, combinar colores y formas con solo sustancias y telas y dejar perplejos a todos.
Una especie que evolucionó menos que sus inventos. Una especie cuyos miembros no toleran lo que el otro tiene que decir, ni soporta lo que el otro es. Una especie que vio incontables guerras, y siempre compraría la entrada para una más. Una especie en la cual, sufren conformemente el 95% de sus miembros. Una especie que defiende democracias, pero donde manda la minoría. Una especie con un increíble poder de acostumbramiento. Poder tan enorme por el que aún tiene el tupé de denominar algo como grotesco.

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