viernes, diciembre 31, 2004

LUTO

Sonó el teléfono. Eran las 3 de la mañana. Ella atiende y en pocos segundos su cara se transforma. Nos quedamos todos mirándola. Cuando corta, nos cuenta que un boliche se había prendido fuego y no paraban de sacar cuerpos.
Nos sentamos frente a la TV, alienados de Crónica, escuchamos las noticias, vimos las imágenes. Me quedé dormido. Luego me fui a casa.
Desperté esta mañana, la TV seguía prendida, en la pantalla las mismas imágenes de la noche anterior.
Por más fuerza que hiciera, la madrugada del 31, no se convertía tan solo en una pesadilla.

(de otra noche que no va a servir para nada, no seamos tan forros de vez en cuando, ok?)

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