martes, febrero 08, 2005

BORRACHERA DE MAR

Post homenaje a El Tipo

El Dado rodó varias veces por el piso verde y acolchonado. Chocaba siempre contra una pared en el fondo y caía mostrando alguna cara dependiendo de su humor. Cada tanto le daba la impresión de que siempre la cara de quien lo arrojara y lo hiciera rotar, era inversamente proporcional a la suya, y que dependiendo las caras que pusiera, un señor vestido de una manera graciosa recibía o daba unos redondeles con números escritos.
El Dado salía del trabajo a las 5 de la mañana aproximadamente y caminaba sintiendo el viento costero en su As (pedía también que eviten el chiste fácil), pasaba por al lado de las aguas danzantes y comenzaba a volver a su hogar caminando y rodando por Rivadavia, una calle angosta donde los autos no pasan a esas horas. Algunos chicos de temporada, vestidos siempre de musculosa y malla, lo veían y levantándolo con una maniobra del pié, que basaba toda su habilidad en poder mover el talón rápidamente, comenzaban un juego al ritmo de Coca Cola. Cuando lograba escapar (ellos creían que el gordito no podía jugar a nada, que no cazaba un fulbo, que imbéciles), seguía camino medio perdido a su casa y por lo general terminaba durmiendo a orillas del Mar.
Al despertar, con los rayos del sol en lo alto del cielo, sentía dura la barba saliendo del 6 pero sin tiempo, volvía al trabajo donde seguro, estarían esperándolo crupiers y apostadores.

No hay comentarios.: