martes, octubre 19, 2004

Parte 5 (a no confundirse. 2 Seguidos)



Quiénes somos
Has decido meter la cabeza abajo del agua.
Sueiro habla sin cesar, te cuenta sus historias, sus problemas, y hasta acerca de las caries de su sobrino. Tu cabeza está apta para preparar un huevo frito con sólo depositarlo en ella. Decides que es tiempo de refrescarla y con algo de suerte, dejar de oírlo. La sumerges en el agua y un nuevo mundo parece abrirse. Piensas que si consigues adentrarte en las altas profundidades del océano, tal vez tus tímpanos estallen y quedes sordo por el resto de tu vida, pero puedas regresar al bote sin tener que oír las infinitas palabras del viejo panzón. Sin dudarlo te impulsas hacia abajo y a los pocos metros de carrera, alcanzas a divisar el Fitito que parece ser la solución a tus problemas. Sabes que si lo alcanzas, podrías salvar tus oídos sin tener que volver a escuchar las interminables historias. Nadas velozmente y logras sumergirte ya que tus zapatos de tap húmedos pesan casi como tus brazos. La luz comienza a desaparecer, comienza a faltarte el oxígeno, pero ni los miedos de tu cercana muerte superan a los que implica volver a escucharlo un minuto más. Nadas derecho ya que no puedes ver tu auto, tu ruta de escape, y afortunadamente golpeas tu cabeza con el inconfundible metal del techo. Tanteas el picaporte de la puerta, logras abrirla y cuando estás llegando a ingresar en él, sientes una mano en la espalda que arruga tu ropa y en escasos segundos te encuentras nuevamente en la superficie. La claridad te ciega, te falta el aire y sabes sin abrir los ojos que has regresado al bote de Sueiro. Comienzas a escuchar sus palabras como puñales sumamente agresivos que penetran tus oídos.

Ilustraciones por Erasmo

No hay escapatoria, sabes que no tolerarás mucho tiempo a este sujeto. Con los primeros aires esbozas un grito: "¡¡¡BASTA!!!" y Sueiro, que es ducho en audiencia suicida a causa de sus palabras, comienza a hablar más fuerte y a patearte en el piso de madera de la embarcación. El dolor en tu estómago es enorme, pero temes seriamente por los daños que puedan provocarle sus palabras a tu corteza cerebral. Te incorporas lentamente y encorvado abres los ojos. Sólo puedes ver su sombra acercándose, el terror se apodera de ti y te paraliza. Abres del todo tus ojos, tus pupilas se hacen diminutas, pero comienzas a divisar su figura. Se dirige hacia ti lentamente con un remo en sus manos. El viento comienza a soplar con más fuerza y el bote se tambalea de un lado a otro. Ambos haciendo equilibrio, tú estás increíblemente cansado y este súper hombre, que le ha ganado a la muerte tantas veces (y tantas otras a ser un desocupado sin talento), parece no haberse inmutado. Comienzas a pensar que tal vez no esté vivo, que pelearás contra un fantasma. Agita violentamente el remo y alcanzas a agacharte, pero sientes su roce en tu espalda. Comienza a arder cuando te das cuenta que te ha herido levemente, pero que con otro golpe podría matarte. Te incorporas, levantas la guardia y estás dispuesto a todo, pero su gran volumen vuelve a atemorizarte. Reflexionas y piensas en el modelo de la ONU que habías presenciado en la secundaria. Tal vez sea la forma diplomática la que te salve esta vez. Sabes que en caso de sobrevivir, tendrás que volver a escucharlo.


Si decides intentar una conciliación con el Soberano del Limbo y correr el riesgo de morir aturdido por sus palabras, ve al Blog "Quién lo entiende" en 3 días.
Si crees que puedes vencerlo, o que al menos luchando se verán tan sensuales como Brad Pitt y George Clooney en "Ocean's eleven" sólo que nada que ver, ve al Blog "Mantantirulirulá" en 3 días.

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -| efecincostorygroup |- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

No hay comentarios.: