sábado, septiembre 19, 2009

UNA VENTANA

Entre todas las ventanas de tiempo de las que se conforma su vida, existe una, de días y noches incontadas, repleta de un negativismo tan gráfico que se plasma cuando lo encuentra recostado en una pared del lado de la sombra blanca que escapa el alcance del farol de una calle perdida en un horizonte a pocas cuadras. Una ventana de represión química que lo enajena, nadie-sabe-cuanto, y de la que cada vez menos lo conforma. Mientras se vela el royo de fotografías tomados a través de la ventana, un par de recuerdos blanco y negro permanecen en su memoria, pero se vuelven rápidamente incomprensibles ante la falta de contexto. Voces que se ahogan, luces que se pierden tras alguna curva, y tan solo un vidrio que lo separa de una ruta recta e infinita desde esa perspectiva. Ni en cuclillas ni de rodillas, mira para bajo, mientras a su lado, alguien asesina al cielo.

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