sábado, octubre 16, 2004

PARTE 4A (creo)



Quiénes somos
Has decidido hacer sonar el timbre.
Una peculiar pero conocida musiquita (que no es chiquteretetetetetera) suena de manera estridente al ritmo de un "Tapa Tapita, Tapón". Recuerdas que en algunas regiones de tu pasado futuro, se consideraba a esta melodía un insulto descomunal: "Chinga tu madre, cabrón". El miedo te invade de pie frente a la caverna más elegante que jamás habías visto (y eso que has recorrido tantas en tus épocas de purrete). La pesada puerta de madera se abre y entre las sombras lo ves salir. Pelo lacio, corte taza, y el chupete de algún pobre nene del futuro al que los pulmones no le daban más de tanto llorar, colgado en un collarcito alrededor de su cuello. Lo reconoces, te mira extrañado y dándote un fuerte tirón en el brazo, te mete en la cueva y cierra la puerta.
-No levantes la perdiz que se me acaba el curro.- advierte Carlos Balá con los ojos desorbitados buscando alguien que pudiera estar oyéndolo.
-Yo te mandé el chupete cuando era bebe, bah, en realidad mi vieja. Yo no sabía como funcionaba el correo. ¿Qué haces acá?
-Yo también soy viajero del tiempo. Como la cosa se ponía jodida allá en el siglo XXI, decidí tomarme unas vacaciones y caí acá, no podía terminar disfrazado de Chapulín Colorado como Sergio Denis. Como conozco todo lo que vendrá, estos monos me adoran. Creen que soy un gurú, un visionario-. Cada vez más susurrante, Carlos te invita unas copas. Es una imagen bizarra. -Mi ídolo de la niñez está intentando emborracharme. ¿A donde querrá llegar?- Te preguntas desconfiando de manera paranoica y rechazas la invitación. Se sientan en unas rocas y entablan diálogo.
-Quiero volver a mi casa- le dices - mal que mal, es mi lugar, mi sitio. Esto es muy confuso, no me hallo en ninguna parte-
-Pero claro, si venís viajando de era en era ¿Cómo no vas a estar mal?- luego de reflexionar unos momentos, agrega una pieza filosófica de alto calibre - ¿Acaso no te has puesto jamás a pensar, que gusto tiene la sal? -.
Con tus ojos abiertos como intentando cazar la cena con los párpados, y luego de reflexionar unos segundos respondes - ¿Y me decís a mí que no levante la perdiz? ¡¡¡La sal todavía no se inventó!!! Quiero volver a mi tiempo. -
Carlos te mira, te estudia. Sientes una zonda transparente penetrando tu ... (Naah che, es Carlitos Balá, en serio) tu mirada. Te dice que una caminata te despejaría la mente, y mientras hace un gestito de idea, te comenta que no podrá acompañarte porque reservó turno con una cavernícola que estaba parada en una esquina, y que el Viagra comenzaba a hacer efecto.

Ilustraciones por Erasmo

De espaldas a la pared, y casi sin mirarlo, sales de la cueva. Te encuentras solo, asustado, tienes frío, hambre, y una sensación de vacío que penetra tu alma. Decides seguir el consejo del falso "Gurú" y dar un paseo por la zona. ¿Qué más podrías hacer?
Ya en un descampado comienzas a oír los sonidos de la evolución. Parece un motor acelerado, y te das cuenta que olvidaste donde había quedado el Fitito. Piensas que tal vez alguien lo encontró, y que ese sería tu destino final en tiempo y espacio. Por otro lado, sabes que el motor de tu ya destartalada nave, no sonaría de ese modo. Comienzas a temer, sientes que estás enloqueciendo. Corres desesperadamente, sin reprimir ningún instinto animal. Te encorvas ligeramente y rozas con la contrapalma de tus manos el árido suelo de aquella era. Corres, sientes el viento en tu cara. Los problemas parecen irse de tu cuerpo. En eso escuchas una frenada brusca, el Fitito viene a tu encuentro. Está a punto de chocar contigo produciéndote una muerte espantosamente irónica, y a último momento logra esquivarte quedando la ventana del conductor en frente de ti. Lentamente se abre y al ver el interior, divisas un hombre de Neanderthal con tu misma figura, sólo que algo desprolijo. Una potable morocha a su lado sonríe mostrando la totalidad de sus dientes, y la falta de higiene te asegura que han comido cerdo. Tras mirarse unos segundos, el conductor te dice "Dunga", sale arando y ves cómo el auto desaparece. Al tiempo que te lamentas porque sabes que no podrás regresar, te preguntas hacia dónde habrán viajado aquellos dos. Resignado, piensas en regresar con Carlitos Balá, pero temes por tu retaguardia al imaginártelo a él, sí, al conductor infantil, completamente al palo. (Che... bueno, no es tan delirante. No sería el primer conductor infantil en convertirse en un sex symbol: Flavia Palmiero dixit). Divisas a lo lejos una caverna oscura y decides dirigirte hacia allí para resguardarte de la intemperie.
Un hueco en el techo de tu nuevo hogar, sirve perfectamente de claraboya y alumbra al final de un extenso pasillo una pared que llama poderosamente tu atención. Corres hacia la luz más y más rápido, te sientes liviano, sientes que flotas, pero te das cuenta que estás pasado de rosca (apa, que miedo, pensaron que terminaba acá!!!, no no, sigue).
Divisas en la pared unos jeroglíficos que claramente dicen:
A la izquierda, Caverna de viaje en el tiempo UNO.
A la derecha, Caverna de viaje en el tiempo DOS.
Al centro, Cavernet Sauvignon cosecha -2.000.000 (y claro piscuises, antes de la era común).
Y adentro!!!
Si bien es tentadora la idea de un vinito para relajarte, sabes que es tu oportunidad de salir de allí. Debes tomar una decisión y temes volver a equivocarte.

Si decides entrar en la Caverna del tiempo UNO, ve al Blog "El Mar Azul" en 3 días.
Si decides entrar en la Caverna del tiempo DOS, ve al Blog "Ctrl + Alt + Del" en 3 días.

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