miércoles, septiembre 15, 2004

CONSUMO

En un estante del bar de la Facultad, se alistan los soldados completamente erguidos. Diviso desde aquí las galletitas, papas fritas, chizitos, bizcochos, alfajores, gaseosas, chocolates, caramelos, chupetines, chicles, yogures, jugos y demás. Todos en silencio, con sus ojos cerrados rezan en vano pues conocen su destino final. Serán comprados, consumidos y hasta tal vez arrojados sus restos a un cesto, o aún peor, aunque más digno, caducaran en la fecha que a cada uno le fue tatuada en la espalda.

Son como los humanos, serán soldados erguidos, luego comprados, consumidos, y hasta tal vez arrojados sus restos en un cesto. O caducarán en la fecha que cada uno tenga tatuada en la espalda. Tan solo porque un negociante se enriquece haciendo que este, sea nuestro destino.

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