miércoles, septiembre 22, 2004

ONCEAVO MANDAMIENTO

La invitarás a cenar a la luz de las velas, y la harás sentir única. Serás un caballero en todo momento y le tendrás el mismo respeto que ella a ti. Y la mirarás a los ojos comprendiendo su vida totalmente y abriendo tu alma ante ella. Y le tomarás la mano y hasta tal vez te acerques suavemente a sus labios. Y saldrán de allí abrazados y decidirán juntos ir a un lugar más cómodo. Comenzarás a besarla lentamente mientras los ojos de ambos se entrecierran. La rodearás con tus brazos a la altura de su cintura. Te rodeará con los suyos a la altura de tus hombros. Intentarás sacar las mejores melodías de su espalda acariciándola suavemente. Besarás su cuello, y cuando su blusa caiga al suelo posarás tus labios sobre sus hombros. Poco a poco irán quedando desnudos y te dejarás guiar por la pasión. Sin dejar de ser un caballero dejarás que tu ser terrenal te aconseje. Abrazados llegarán hasta un lecho y sin dejar de besarse explorarán nuevos territorios. Comenzarás lentamente a estar dentro de ella con el mayor de los cuidados. Seguirás acariciándola Besarás cada centímetro de su cuerpo. Crecerá la pasión, sentirán placeres cada vez más intensos, volverás a abrazarla con fuerza, continuarás besándola, te esmerarás por hacerle sentir aquello que tú sientes. Estarás calmo, y nervioso. Relajado y Tenso. Tu mente estará en blanco. Se irán fundiendo ambos en un mismo cuerpo, se desatará un último instante antes de que todo estalle y allí la mirarás a los ojos, volverás a besar sus labios, la abrazarás, acariciarás su espalda, te posarás sobre sus hombros, repetirás esto varias veces, la oirás disfrutar, disfrutarás, será un solo placer el que ambos compartan y luego reposarán.

Tantas veces nos mandaron:
1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
3. Santificarás el día del Señor.
4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
5. No matarás.
6. No cometerás actos impuros.
7. No robarás.
8. No levantarás falsos testimonios ni mentirás.
9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10. No codiciarás los bienes ajenos.

Nunca nos dijeron "disfruten de su propia naturaleza".

Buscá el mandato de tu diosa

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