Ya conté la misma historia en otros 2 blogs, y me prometí contarla en el mio si volvía a darse la oportunidad.
COSAS RARAS.
Hace aproximádamente 3 meses, estaba en el colectivo camino al trabajo, cuando de pronto siento que sobre mi espalda, se posa alguna especie de materia. Giro la cabeza y alcanzo a ver un pequeño grillo, que pobre y bien confundido, había decidido descansar en mí. Como es de mala suerte matar un grillo, decidí moverme suavemente para depositarlo fuera del colectivo en movimiento, aunque instantaneamente, el violinista saltó intentando escapar. Me precipité para alcanzarlo y un sujeto que estaba sentado a mi lado, me había ganado de mano. Decidido, abrió la ventana, dispuesto a terminar el trabajo, y al estar apunto de soltarlo, me mira fijo y me dice:
- Lo tiro?
Yo confundido por la extraña pregunta, solo pude responder irónico:
- No, dejalo. Viaja conmigo.
(Este POST era una deuda pendiente. Perdón los que ya sabían la historia).
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