miércoles, junio 30, 2004

SEMANA DE LA DULZURA

De todos esos inventos comerciales, éste no me disgusta. Es decir, detesto que en las fiestas tales como la Navidad, días del padre, de la madre, del abuelo, del tío, del sobrino, del padrino, del ahijado, del hermanastro rengo, del padrastro cojo, etc. Todo el mundo acuda a las tiendas a llenarse del espíritu de la ocasión y vaciarse los bolsillos.

Pero la semana de la dulzura, me resulta diferente. La principal razón debe ser, que en realidad, no se trata de ocultar que se trata de fechas inventadas solamente para favorecer a los kioscos y el comercio. Si es así, me encanta que sea reconocido. Por otro lado, es algo económico. Comprás una golosina, y no un suéter, un trineo, o lo que cosa fuera. Otra cosa que me gusta, es que no sea algo que exista en todos los países. Si bien no estoy en contra de la Globalización, tampoco la defiendo a muerte, y creo que éste tipo de costumbres, por más extrañas que sean, mantienen algo único. Una identidad. Y sobre todo me fascina el concepto que se muestra. Una golosina, por algo a cambio. Un beso. Algo dulce, por algo dulce. Nada que pueda hacer daño. Nada que pueda hacer mal a alguien.
Por esto, seguramente esta semana de la dulzura, como todos los años, ande repartiendo golosinas por allí. Porque me gusta la semana de la dulzura.

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